Cañeteando no es solo un festival. Es un grito al cielo, una declaración de verano, un “Quiero tener tu presencia” que se hace himno colectivo bajo las estrellas. Este fin de semana, Cañete de las Torres volvió a latir fuerte, al ritmo de una noche mágica en la que la música, la emoción y la memoria se dieron la mano en su edición número XII.
En la Plaza de España, los acordes de Seguridad Social encendieron el corazón del pueblo. Bastaron los primeros versos de Chiquilla para que el aire se llenara de nostalgia y alegría. Le siguieron Comerranas, Quiero tener tu presencia y otros himnos que hicieron temblar el suelo, confirmando que la Movida no es pasado, sino presente vivo que aún nos hace saltar y cantar.
Pero la noche tenía reservado aún más. En el Parque de Andalucía, el escenario acogió a Coque Malla, que celebró 40 años de carrera regalando al público un viaje sonoro lleno de emoción, carisma y verdad. Allí, entre luces y aplausos, muchos recordaron que No puedo vivir sin ti, y que hay canciones que no envejecen, sino que crecen con nosotros.
Y cuando el cielo ya era tinta negra, el Jardín de Cactus se convirtió en templo y pista. DJ Luigi L. y DJ Brochas pusieron alma electrónica a la madrugada, mezclando sonidos latinos, luces de neón y ganas infinitas de no dejar de bailar.
Cañete de las Torres, tierra de flores, cultura y alma abierta, vuelve a coronarse como un referente nacional. Cañeteando no entiende de entradas, porque aquí el acceso es libre, como el arte, como la fiesta, como la emoción que se derrama entre vecinos y visitantes
#Cañeteando, 12 años contigo.