Tapeo y Copas
Gastronomía
“El año para las faenas del campo, empieza el 29 de septiembre- día de San Miguel- con los cohechos, que se alisan los barbechos para la siembre, ganando los gañanes veintiún cuartos y la comida, que se reduce a una telera de tres libras de pan por barba, una panilla de aceite para diez hombres, sal y vinagre. Con estos avios se prepara la comida que la cuadrilla realiza en común; tres gazpachos. Dos calientes para por la mañana y noche, y el otro fresco para el mediodía.”
“Cartas desde el cortijo” Diario el Globo, Madrid, allá por los años 40, del pasado siglo.
Cañete de las Torres posee una extraordinaria tradición culinaria, sus raíces culturales y sus costumbres heredadas del pasado les han otorgado una gran variedad, un prestigio y el afán de preservar el esfuerzo de muchas personas que han dedicado su tiempo a recuperar e impedir que desaparezcan recetas tradicionales. Es un intercambio de sabores y olores que hemos creído conveniente plasmar y transmitir en este recetario de recuerdos, ideas y aplicaciones que reivindican la indio singracia de nuestro pueblo, para una alimentación sana y equilibrada.
D. Miguel Salcedo Hierro, cronista del diario Córdoba, escribía en sus apuntes gastronómicos, el día 6 de noviembre de 1983, de un culto agricultor de cañete de las Torres D. Antonio Galán Polo cual suministro una valiosa información de un plato para que Dionisio Pérez “Post Thebussen” lo incluyera en su guía de buen comer español. El plato en cuestión, característico de nuestro pueblo, sería un salmorejo de lujo caliente de esta tan importante referencia adopta el nombre de carnerete a la palestra, en el que no hay carnero como pudiera imaginarse.
La moya se pone frita con dientes de ajo y cebolla después de majarse se baten huevos y se van revolviendo con el majado y además se le podía poner para enriquecerlo rebanaditas de pan y algún resto de carne o bien de pescado. Plato extraño que parece de una buena sabrosidad para cortique y camperos.
Pero queridos amig@s en la gastronomía no hay, ni podía haber verdades de rigor matemático y por tanto incontestables. Sobre todo en platos no solamente de la comarca sino de cada pueblo. Incluso diría más, cada barrio y cada ama de casa, que tiene su peculiar modo de guisar y darle el punto que aprendió de su madre, o bien rectificarlo al gusto de su marido, o tal vez al de sus hijos o el de ella misma.
En la actualidad acuden a Cañete de las Torres visitantes y turistas que se recrean por el blanco de las paredes, la transparencia y la sencillez de su gente, como la gastronomía actual que existe en los restaurantes, bares y tabernas con una cocina tradicional actualizada para el deleite de todos los paladares. Matías Vega.